Una perspectiva del mundo
Novela explora aspectos como la paranoia y el mundo interno
Autor valora más el contenido que una escritura bien lograda
“Me importa que un libro exprese el momento. Los libros deben de ser personales, pero no autobiográficos”.
Francisco Ángeles (Lima, 1977) explica así el nacimiento de La línea en medio del cielo (Revuelta), su primera novela, que desde 2000 tenía planeada, pero que, finalmente, con pausas largas, terminó publicando este año.
¿Hubo algunas influencias directas para elaborar esta novela?
–He hecho una suerte de pequeños homenajes a libros como Salón de belleza, de Mario Bellatin; Respiración artificial, de Ricardo Piglia; Sostiene Pereira, de Antonio Tabucchi; y Un artista del mundo flotante, de Kazuo Ishiguro; y todos los libros de Kenzaburo Oé, que tienen una pasión desbordante. Todas esas referencias tienen sentido dentro del texto en sí.
Cada escritor se forma un lector ideal. ¿Cuál es el tuyo?
–En realidad, un lector ideal es uno mismo. Pero pienso en los jóvenes porque leen más que los adultos.
¿Qué representa la obsesión del personaje Ignat por mostrar fotografías a gente que luego la deja de lado?
–Es una manera de ver cómo el contexto te puede ir absorbiendo. En mi caso, cuando ingresé a San Marcos, era una época convulsa, con mucha gente metida en la política. En 2000, se dieron muchas marchas contra Alberto Fujimori y a mí no me interesaba nada. Pero de alguna manera esa realidad impactaba en mi mundo interno.
Hablabas que buscas ir contra la tradición...
–Mario Vargas Llosa decía que la realidad es ilegible y que la novela le daba coherencia. Deseo representar más o menos la realidad tal cual, con las cosas que suceden y que uno no entiende, con un texto legible y coherente. Por ejemplo, la paranoia es un tema que me interesa mucho.
Y el tema del “escribir bien” te incomoda.
–Hace años que le tengo bronca a eso de escribir bien y bonito, aparecen por montón escritores que tienen su estilo, con ritmo, pero al final eso no vale nada. Me parece que la narrativa peruana, en su mayoría, ha sido tan mala que nos conformamos con valorar lo bien escrito, aunque no diga nada ni tenga perspectiva del mundo.
¿De quiénes te interesa la forma en que escriben?
–El poeta Mario Montalbetti dice que siempre hemos escrito con la lengua y no contra la lengua. Es momento de hacerlo. Alguien que escriba de acá a 15 años no dirá: Los árboles que se mecen suavemente; eso ya no corre. Mi segunda novela tendrá que ver con eso.
DatosEs coautor de los web colectivos Porta9 (http://www.porta9.com/) y El Hablador (http://www.elhablador.com/).
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