martes, 17 de marzo de 2009

Ezio Neyra sobre DISIDENTES

Quizá porque los costos de las imprentas bajaron o porque la importación de papel se incrementó o porque los astros andinos conjuraron, en Perú (aunque, para ser justos, también en otros países cercanos) aparecieron varias nuevas editoriales así como un nuevo (y amplio y heterogéneo) grupo de narradores hacia comienzos de 2003 ó 2004. Según contaban algunos escritores mayores, ésta era una de las primeras veces en que los escritores podíamos contar con tal oferta de editoriales donde publicar, que hasta podríamos darnos el lujo (¿?) de seleccionar la editorial en la que, según nuestra idea, mejor encajaran nuestros libros.

Como consecuencia de estas apariciones –editoriales y escritores por montones, hasta debajo de las piedras estaban– empezó a hablarse de un boom editorial peruano –y sólo editorial porque tampoco se estaba tan loco como para hablar de un boom de escritores, pues hubiese implicado darle pelea al boom latinoamericano de los sesentas y ahí sí que las cosas podían ponerse peludas, aunque sí fue cierto que en pocos años publicamos varios escritores libros más o menos interesantes.

Ahora que ya pasaron unos años no sé bien qué es lo que queda. En principio, varias de las editoriales siguen trabajando (aunque no sé si con tanta fuerza como lo hacían al comienzo), hay también nuevas editoriales, que de alguna manera son consecuencia del primer grupo que comenzó a aparecer hace ya más de cinco años. Respecto de los escritores, muchos hemos publicado un segundo libro y algunos ya hasta un tercero o quizá un cuarto, pero de todos modos no siento que haya esa efervescencia –que parecía una emergencia por expresar, como si el mundo se fuera a terminar y uno debiera decir y decir porque si no nos quedábamos sin tiempo y se jodía todo– que hubo en los primeros años. Supongo que de lo que se trata ahora, y que al fin y al cabo es lo importante, es de la permanencia en el tiempo y de la construcción de un proyecto narrativo sólido y personal. La literatura, la historia de la buena literatura, no se escribe con la existencia de más o menos editoriales, sino gracias a los lectores que saben hilar fino y por supuesto gracias al tiempo también.

Otra consecuencia también fue la aparición de diversas antologías, sobre todo a partir de 2007, que intentaron mostrar la variedad de opciones narrativas. Una de ellas es Disidentes. Muestra de la nueva narrativa peruana, llevada a cabo por Gabriel Ruiz Ortega. Si bien hay algunas ausencias como Carlos Gallardo o Diego Trelles, y si bien se trata únicamente de autores que publicamos en Lima, se trata también de un esfuerzo por ser plural, en el que pueden leerse relatos o fragmentos de novelas de veinte autores contemporáneos. Vale la pena acercarse a este libro y ver la fotografía que representa el estado de nuestra narrativa limeña de hace poquísimos años atrás.

PD Me tocó participar en la presentación del libro, para la que escribí un texto. Como es relativamente largo (5 páginas), prefiero no colgarlo aquí, pero si alguien quiere que se lo envíe sólo déjenmelo saber en uno de los comentarios.

No hay comentarios:

Seguidores